El preámbulo es el documento de fundación y declaración de principios y visiones de la IWW. No ha cambiado considerablemente desde la Conferencia fundacional de la Unión de Chicago, 1905. Es una poderosa declaración de intenciones que no acepta golpes y rechaza los compromisos y actitudes de ‘asociaciones’ de sindicatos más contemporáneos. En el contexto de incrementar las medidas contra empresarios y gobiernos en recortar nuestro duros de ganar salario y condiciones, el preámbulo resuena tan fuertemente en la época contemporánea como lo hizo cuando fue escrito.
La clase obrera y la clase patronal no tienen nada en común. Paz no puede existir mientras los trabajadores/as pasan hambre y desean una mejor calidad de vida a sabiendas de los pocos, que son la clase patronal, tienen todas las cosas buenas de la vida.
Entre estas dos clases la lucha debe continuar hasta que la/os trabajadores del mundo se organizen como una clase, tomen posesión de los medios de producción, abolir el sistema de salarios y vivan en armonía con la tierra.
Creemos que la centralización de la gestión de las industrias cada día en menos manos deja los sindicatos incapaces de enfrentar al siempre creciente poder de la clase patronal. Los sindicatos fomentan un estado de las cosas en el que grupos de trabajador@s compiten un@s contra l@s otr@s dentro de las mismas industrias, derrotándose a si mism@s en una guerra de salarios. Es más, los sindicatos ayudan a la patronal a engañar a l@s trabajador@s en la creencia de que tienen intereses en común con sus patrones. Por otra parte, los sindicatos ayudan la clase patronal para engañar a los trabajadores en la creencia de que la clase obrera tienen intereses en común con sus empleadores.
Estas condiciones pueden cambiar y el interés de la clase obrera apoyado solamente por una organización formada de tal manera que toda/s sus miembra/os de cualquier industria, o de todas las industrias si es necesario, paren el trabajo cuando haya una huelga o cierre patronal en cualquier departamento, por lo que si nos tocan a una/os nos tocan a toda/os.
En lugar del lema conservador, “un justo dia de salario por un justo día de trabajo” debemos inscribir en nuestra bandera la consigna revolucionaria, “Abolición del sistema salarial”.
Es la misión histórica de la clase obrera para acabar con el capitalismo. El ejército de la producción debe ser organizado, no sólo para la lucha diaria con los capitalistas, sino también para continuar con la producción cuando el capitalismo haya sido derrotado . Organizada/os industrialmente estamos formando la estructura de la nueva sociedad dentro de la cáscara de la vieja.